Se acabó la buena vida. Después de las últimas jornadas de caminar poco y alimentarse muy bien... Hoy hemos comenzado una etapa como las de antes. Nos hemos levantado a las 3 al ritmo de la música color esperanza (saber que se puede, querer que se pueda...). Con todo nos hemos levantado legañosos y con un frío mesetero en plena oscuridad. Cuando ya llevábamos un par de horas caminando en silencio, de repente Eugenio y compañía han tenido la genial idea de hacerse pasar por jabalíes embravecidos y perturbar la paz de un grupo de chicas que se han puesto a chillar histéricas. En vistas del éxito Pep Roca y otros han dado sustos crueles a grupos de inocentes niñas desprotegidas en la oscuridad. Los gritos se han oído a kilómetros.
Cuando ha salido el sol hemos podido contemplar que nos hallábamos ante un paisaje espectacular donde se podría haber rodado El bueno, el feo y el malo... Al pasar por campos de girasoles más tarde y al ver cómo una niña cogía delicadamente uno de los girasoles más pequeños, María Santmartí en un arrebato de celos ha arrancado uno de metro y medio con raíces incluidas. Más tarde, al comprobar lo mucho que le pesaba quería deshacerse de él, pero Mercé la ha obligado a quedárselo y ella ha intentado encolomarlo a pobres niñas diciéndoles que era un regalito para ellas... no teniendo éxito.
¡Y hemos dejado Aragón para entrar en Castilla y León (Soria)! Al llegar por fin a Santa María de la Huerta extenuados (no sin antes perdernos en un pueblo media hora...) nos han enseñado el monasterio cisterciense en el cual hemos celebrado misa y hecho meditación. Durante la meditación Felio ha roncado cual elefante y Blanca Gaspar ha babeado en medio de un magnífico sueño. Hemos batido récord de gente dormida por metro cuadrado.
Durante la explicación de Fray Luís, Alicia ha acariciado a un gatito lindo y ha comentado en voz alta: me muero de amor! parece que tiene nostalgia de su gato. Padres traedle el gato a Madrid.
Hoy dormimos todos en colchón y nos preparamos para la jornada de mañana que promete ser aún más dura. Seguro que estará plagada de anécdotas...
Hoy por la noche viene Chiqui! Y cómo echamos de menos a Paz!! (y a su violín!)
Jordi Aragonès, Sta. Maria de Huerta, Soria
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